En general a los adolescentes les agrada estar completamente
solos en sus casas, porque es el momento en el que pueden hacer lo que quieran,
subir la música a todo volumen, comer arriba de la cama si sus padres no los
dejan o salir a cualquier lado y procurarse volver antes de que sus padres
lleguen. Vuelvo a ir en contra de la corriente cuando digo que: no me gusta
nada estar sola en casa. ¿Por qué? Supongo que una de las razones sea la
cantidad de películas de thriller psicológico o terror que vi, que si bien me
fascinan, me dejan plenamente intranquila. La idea de estar sola en casa no me
gusta nada, de verdad, me gustaría saber si soy la única boluda que paniquea cosas
mientras está en su casa. ¿No les pasa
que escuchan cualquier ruido y enseguida se imaginan que hay un asesino serial
atrás de ustedes? ¿O que suena el teléfono y creen que hay un ladrón que viene
a saquearles la casa? Entonces entrás en la duda: “¿atiendo o no atiendo?”
Porque si atendés te pueden decir “Hola, quiero hablar con tu mamá, soy Pepa” Y
si yo no conozco a Papa ¿cómo sé que Pepa existe y que no es un ladrón que está
a fuera de mi casa para saber si estoy sola? Otro punto: si no atiendo entonces
el ladrón puede pensar que no hay nadie en la casa, por ende, puede entrar y
robarme todo.
Yo vivo en una casa grande en donde a las ventanas y techos se les
da por hacer ruidos extraños cuando el viento golpea fuerte, ahora, ¿cuántas
veces pensé que eran los dos chicos de Funny Games entrando por mi ventana cuando
escuché los ruidos? Incontables veces. ¿Cuántas veces creí que alguna clase de
asesino estaba trepando por mi techo?
En fin, todo esto NO va a pasar, pero me es inevitable
pensar en esa sarta de pelotudeces cuando estoy sola. Demás está decir, que
prendo todas las luces de la casa, incluso de los cuartos en dónde no estoy,
porque sí, soy una miedosa extrema.
Moraleja: Debería dejar de ver películas.
Fin.
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