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miércoles, 12 de enero de 2011

Me desperté con la sensación de que había un hombre abajo de mi cama con un cuchillo esperando a que yo me levantara de la cama para matarme. ¿Vieron cuando no podés sacarte la imagen porque el miedo te carcome? Bueno, así. Yo estaba completamente segura de que había un asesino abajo de mi cama. Tenía miedo de levantarme, sentía que si corría iba a agarrarme por el tobillo. Respiré hondo, me levanté corriendo, abrí la puerta de mi cuarto y me encerré en el baño.
Me di vuelta y giré hacia la bañera. ¿Vieron cuando ven sombras? Bueno, yo había visto como la cortina se corria, como en las películas de terror, que el asesino está esperándote detrás de las cortinas de la bañera.
Salí corriendo del baño y volví a encerrarme en mi cuarto. Puse una silla, cerré con llave, corrí un mueble. Hice de todo para que la puerta quedara completamente bloqueda. Quedé encerrada en mi cuarto.
Me acosté en la cama nuevamente y pensé: "Pero...el asesino ¿no estaba en mi cuarto? y ahora ¿estoy encerrada con el asesino abajo de mi cama?"
Después de eso no recuerdo nada porque creo que me desmayé del miedo.


Esto se llama Ataques de Pánico.

"La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás. Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso.

Durante un ataque de pánico o crisis de angustia se presenta al individuo una súbita aparición de un nivel elevado de ansiedad y excitación fisiológica sin causa aparente. La aparición de estos episodios de miedo intenso es generalmente abrupta y suele no tener un claro desencadenante. Los ataques de pánico se manifiestan como episodios que irrumpen abrupta e inesperadamente sin causa aparente y se acompañan de síntomas asociados al miedo, tales como hipertención arterial súbita, taquicardia, dificultad respiratoria, mareos e inestabilidad, sudoración, vómitos o náuseas, síntomas todos ellos coherentes con el miedo que los provoca. Generalmente acompaña a la crisis una extrañeza del yo junto a una persepción de irrealidad y de no reconocimiento del entorno

Los ataques de pánico no duran mucho pero son tan intensos que la persona afectada los percibe como muy prolongados. A menudo el individuo siente que está en peligro de muerte inminente y tiene una necesidad imperativa de escapar de un lugar o de una situación temida (aspecto congruente con la emoción que el sujeto está sintiendo). El hecho de no poder escapar físicamente de la situación de miedo extremo en que se encuentra el afectado acentúa sobremanera los síntomas de pánico.

Experimentar un ataque de pánico es una terrible, incómoda e intensa experiencia que suele relacionarse con que la persona restrinja su conducta, lo que puede conducir, en casos, a adoptar conductas limitativas para evitar la repetición de las crisis. "

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